Es posible que en algún momento hayas oído hablar del eneagrama de personalidad y sus 9 eneatipos sin llegar a entender que es exactamente y porque cada vez más personas se están interesando por esta herramienta. En este articulo voy a intentar explicarte que es esto del eneagrama de personalidad y de qué manera conocerlo puede ofrecerte recursos de autoconocimiento que mejoren tu relación contigo mismo y con los que te rodean.
¿Qué es el eneagrama de personalidad?
El eneagrama de personalidad es un mapa que nos invita a entender y mirar las motivaciones que influyen en nuestra toma de decisiones, así como conocer las heridas emocionales que nos llevaron a desarrollar mecanismos de defensa para sobrevivir y adaptarnos a nuestro entorno.
Esta potente herramienta de autoconocimiento llega a España en los años 70 de la mano de Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, a quien le debemos la extensa bibliografía e investigación que existe sobre esta herramienta.
El eneagrama de personalidad está dividido en nueve eneatipos que representan los nueve caracteres o tipos de personalidad en base a la herida emocional que los origina, pero antes de entrar a describir los nueve eneatipos es importante definir con claridad de que hablamos exactamente cuando hablamos de carácter.
¿Qué es el carácter dentro del eneagrama de personalidad?
Durante los primeros años de vida somos folios en blanco, abiertos al aprendizaje y al desarrollo de recursos que nos permitan adaptarnos a las condiciones de nuestra vida. Es en esos años cuando “vamos descubriendo” que en las interacciones sociales nuestra seguridad emocional puede verse perjudicada, por lo que empezamos a elaborar una serie de recursos para lidiar con esas situaciones que se valoran como dolorosas o peligrosas para nuestra estabilidad.
Estos recursos pasan a formar parte de lo que somos y construyen una especie de coraza invisible que nos protege, popularmente conocida como EGO.
Desde el planteamiento y la mirada al ser humano del eneagrama, tras este ego o carácter se encuentra nuestra esencia, la cual protegemos de ser herida y a la que muchas veces ignoramos inmersos en nuestro ritmo de vida. Conectar con nuestra esencia nos permite conectar con nuestras necesidades reales.
Los nueve eneatipos del eneagrama de personalidad
El estudio del eneagrama de personalidad y de cada uno de los eneatipos es realmente extenso, por lo que este punto es únicamente un acercamiento a la descripción de cada eneatipo a partir de la cual seguir explorando.
Eneatipo 1: El perfeccionista
- La herida principal de este eneatipo es el sentimiento de ser imperfecto. Para compensar esta sensación de imperfección construye en su mente un ideal de cómo deben ser las cosas, desarrollando un carácter muy autoexigente y crítico consigo mismo y con los que le rodean. Evidentemente alcanzar la perfección es imposible por lo que este carácter tiene tendencia a frustrarse y enfadarse con facilidad.
- La lección que necesitan aprender pasa por transformar la rabia y exigencia en compasión y serenidad para poder llegar a aceptarse y aceptar las cosas tal y como son, entendiendo que no necesitan ser perfectas para ser correctas.
Eneatipo 2: El ayudador
- La herida principal en este caso es la sensación de no ser digno de recibir amor. Existe la creencia de que recibir amor se hace a través de ayudar al otro y ser buena persona. En el proceso de ayudar para merecer ser querido de vuelta se olvida de sí mismo y de sus propias necesidades, lo cual lo convierten en una persona dependiente y a la que cuesta estar en soledad.
- Un rasgo propio del eneatipo dos es el orgullo, considera saber mejor que los demás lo que necesitan. La lección que necesitan aprender pasa por transformar el orgullo en humildad pudiendo de este modo atender sus propias necesidades antes que las de los demás.
Eneatipo 3: El vanidoso
- La herida principal de este eneatipo es la sensación de falta de valía, no es capaz de darse valor y busca en el otro el reconocimiento que no es capaz de darse a sí mismo.
- Tienen tendencia a atribuir su valor como ser humano a los éxitos y triunfos profesionales, así como al estatus social alcanzado. Es común que se obsesionen con la imagen y el reconocimiento, adaptándose a las expectativas del otro y ocultando quién verdaderamente es. Son los camaleones del eneagrama, capaces de adaptarse a todo.
- Su aprendizaje requiere de transformar la vanidad en autenticidad, dándose valor por lo que es en lugar de por lo que hace o consigue.
Eneatipo 4: El envidioso
- La herida principal del eneatipo 4 reside en la falta de afecto suficiente por sus seres más cercano en la niñez, esto produce que en la edad adulta se sienta inferior al resto de personas “envidiando” sus vidas y desvalorizando la suya propia.
- Este carácter vive muy conectado con la carencia, con lo que le falta en lugar de con lo que ya tiene. Es común la sensación de incomprensión y una conexión muy intensa con sus propias emociones.
- Su aprendizaje requiere que pueda valorar sus propios logros y dejar de poner el foco constantemente en la carencia propia e interesarse realmente por el otro.
Eneatipo 5: El pensador
- La herida común de este eneatipo se caracteriza por el rechazo y la traición en lo que a afecto se refiere durante la infancia. En la edad adulta todo lo relacionado con el afecto, el contacto físico o las relaciones interpersonales puede llegar a abrumarle e incomodarle.
- Tienen tendencia a ser ermitaños y aislarse en su mundo racional e intelectual y acumular conocimientos sin llegar nunca a sentirse preparado para pasar a la acción.
- Su aprendizaje necesita de permitirse conectar con la emocionalidad y de ese modo poder encontrar el equilibrio entre sentir y pensar.
Eneatipo 6: El miedoso
- La herida de este eneatipo es la falta de confianza en sí mismo. Temen las consecuencias de sus decisiones y ante una toma de decisiones les invade el miedo y la ansiedad.
- Busca constantemente la seguridad y en muchos casos esto le lleva a que sean los demás quienes tomen las decisiones.
- El coraje es el objetivo de su aprendizaje, a través del trabajo en la confianza en sí mismo y desarrollar herramientas que le permitan asumir las consecuencias.
Eneatipo 7: El entusiasta
- La herida de este carácter nace de una infancia donde hubo atención y cuidados, que en exceso pueden dar lugar a un temor al sufrimiento. Es un carácter que busca constantemente evadir las situaciones complejas a través del disfrute.
- Son caracteres divertidos, sociales y alegres, pero tras esa imagen existe una huida a conectar con su propio vacio y temores.
- El aprendizaje de este carácter pasa por permitirse conectar del placer del silencio y la calma de estar consigo mismo y su mundo interior.
Eneatipo 8: El desafiador
- En la herida del eneatipo 8 es común encontrar infancias donde la violencia, el rechazo o la humillación aparecen, lo cual los lleva a desarrollar una carácter dominante e incluso vengativo.
- El eneatipo 8 tiene miedo a que le dañen por ello desarrolla herramientas defensivas que pone en acción en cuanto se siente amenazado. Suele estar al mando porque no le gusta someterse a la voluntad de nadie que no sea él mismo. Su frase estrella es “no hay mejor defensa que un buen ataque”
- El aprendizaje que este carácter necesita transitar es el de la vulnerabilidad y liberarse del control entendiendo que no es ese niño herido que necesita ponerse a salvo.
Eneatipo 9: El pacificador
- La herida del eneatipo 9 tiene que ver con el hecho de ser reñidos o ignorados a nivel emocional durante la infancia, lo cual desarrolló una personalidad evasiva con tal de escapar de los conflictos.
- Siempre intentan no molestar, que no se enfaden con ellos y esto les provoca en muchas ocasiones callar su propia opinión o desacuerdo. Tienden a amoldarse al pensamiento general y decir “no” les resulta realmente complejo.
- Su aprendizaje requiere de permitirse conocer su propia valía y de qué modo esta puede aportar valor al mundo.
Descubrir el eneagrama de personalidad y empezar a investigar dentro de nosotros mismos a través de esta herramienta es un camino complejo cuyo único objetivo es llegar a entender la razón por la que actuamos de un determinado modo y a su vez entender poder mirar a los que nos rodean con una mirada más compasiva, entendiendo que detrás de cada acción de las personas existe una necesidad de proteger una herida.
Las heridas se pueden curar, pero para ello es necesario saber dónde están.

Y bien… ¿qué te ha parecido mi artículo sobre el eneagrama de personalidad?
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